El Zócalo Máximo

0 0
Read Time:3 Minute, 49 Second

El emperador Domiciano apareció en la gradería que se había construido sobre el Monte Palatino, como parte de aquella gran estructura. Hacía unas cuantas semanas que había llegado del norte donde había logrado una victoria pírrica contra las tribus germánicas, pero eso el pueblo que se encontraba esa tarde en el circo, no lo sabía y más de trescientas mil gargantas gritaban con arrebato ¡¡germanicus, germanicus!!, apelativo que loaba sus triunfos en el lejano Rin.

El tiempo demostraría que tal victoria no fue mas que una escaramuza que, antes que asegurar las fronteras del gran imperio romano, había enardecido a los germanos y las legiones que resguardaban la frontera sufrían continuos ataques que ponían en riesgo al imperio.

Pero en ese momento el emperador se envanecía con el reconocimiento del populacho; que hacía menos de quince minutos había observado como los carros impulsados por cuatro caballos cada uno, habían salido al abrirse los arrancaderos ubicados en la Porta Triumphalis y en el ímpetu y la velocidad uno de ellos,  al tratar de dar la vuelta había golpeado la spina y el carro había volteado, arrastrando consigo al auriga que fue golpeando contra el muro hasta quedar hecho una masas sanguinolenta y dos vueltas después dos aurigas, en su afán de tomar la parte curva del recorrido lo más cerca al muro, habían trabado sus carros, con consecuencias similares.

En las graderías altas, destinadas a la clase baja, la multitud gritaba de placer cada vez que sucedía un incidente en la carrera, mientras los agiles jóvenes contratados por los panaderos, se movían entre las graderías repartiendo pan entre la gente que podía durar horas enteras en sus lugares disfrutando del alimento y el espectáculo gratuitos, situación que provocaba aún más las alabanzas al emperador y los miembros de las familias patricias que habían financiado aquella fiesta popular.

Eran tiempos de un imperio en los que el culto a la persona era lo que más interesaba a aquellos que querían llegar al poder, su fuerza militar y las guerras intestinas contra sus enemigos, en un principio y después la designación de su sucesor, por el propio emperador, era la forma como se decidía quien regiría en ese enorme imperio. Los tiempos de la república en que Roma estaba gobernada por un Senado y no por una sola persona, habían quedado atrás y esta nueva forma de gobierno y los conflictos de poder que de ella derivaban fue marcando el inicio de la caída del que haya sido muy posiblemente el imperio más grande que existió en el mundo antiguo.

En este sistema el culto a la persona era fundamental para acceder y preservarse en el poder y quienes aspiraban a este buscaban la aprobación del pueblo sin importar las consecuencias y una forma de lograrlo era creando espectáculos gratuitos y regalando alimento y el Circo Máximo era la herramienta perfecta para eso.

De ahí viene la expresión “Al pueblo, pan y circo”

¿Le suena conocido a mi estimado lector?

Es evidente que quienes vivimos algunas décadas del siglo pasado, conocimos esas prácticas tan comunes: el informe suntuoso frente al congreso cada inicio del primer período ordinario y los festejos populares con música de artistas de moda que atraían a multitudes que recibían torta y refresco, aplicando cabalmente la máxima política de pan y circo

Claro, eran los tiempos que el hoy vituperado y casi extinto PRI, estaba en plenitud de su poder. Entonces, cada seis años, el presidente en turno, cual, si fuera un emperador romano, determinaba quien sería su sucesor y los ciudadanos poca intervención teníamos para decidir en los importantes temas del país.

Aunque me queda la duda si esos tiempos están volviendo, porque este primero de diciembre pasado acabamos de ver un claro ejemplo de la vuelta del imperio a nuestro México, en la plaza conocida como el Zócalo de la capital de la republica el culto a la persona renació como en los brillantes tiempos del priismo y no faltaron él palacio, las tortas ni la fiesta popular con música y espectáculos que provocaban las alabanzas y loas al ocupante de la Gran Silla como en los viejos tiempos del poder del PRI, hasta se pudo observar, frente al templete donde se desarrolló el espectáculo la hileras de bancos para aquellos que se encuentran a la sombra del hombre en el poder que, al igual que el pueblo atrás de ellos y de píe, gritaban consignas preparadas para satisfacer la sed de admiración y adulación del ¿emperador?

Ya me confundí en los tiempos, mejor dejo de escribir, feliz domingo.

Share this:

About Post Author

Oscar Muller Creel

Oscar Müller Creel es Doctor en Derecho especializado en derechos humanos, ética profesional, seguridad publica, corrupción y libertad de expresión. Ha escrito diversos libros y artículos científicos. Columnista en varios medios de comunicación internacionales, tanto para prensa como radio. Si usted desea publicar esta columna en su medio de comunicación, agradeceremos se comunique con nosotros. OMC Opinión. Todos los Derechos Reservados 2015
Happy
Happy
0 %
Sad
Sad
0 %
Excited
Excited
0 %
Sleepy
Sleepy
0 %
Angry
Angry
0 %
Surprise
Surprise
0 %

Comentarios

Comentarios

Average Rating

5 Star
0%
4 Star
0%
3 Star
0%
2 Star
0%
1 Star
0%

2 thoughts on “El Zócalo Máximo

  1. Excelente Dr Muller, esa es nuestra triste historia, lo dijo bien nosotros ya lo vivimos por decadas, pagamos muy caro el MAXIMATO DEL PRI, ahora tenemos que soportar a un nuevo loco, con ideas socialistas, arrogante y pendejo.

    1. No hay mal que dure cien años. Estoy convencido que de los 24 millones que votaron por ese señor, aquellos que tienen dos dedos de frente se han convencido del error que cometieron y ellos y el resto de los ciudadanos hemos comprendido que si se podía estar peor. Debemos preparanos desde yá para que este tipo y sus secuaces (que son pocos) no logren un nuevo período presidencial y en verdad que es difícil que de los partidos políticos surga una solución, solo la sociedad civil podrá imponerse. Saludos

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.