Los esclavos de la colusión

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La prensa publicó una impresionante historia de esclavitud moderna: En una tienda de conveniencia, aquel hombre Rarámuri de 26 años, recibió la oferta de trabajo con gusto, le ofrecían 300 pesos (15 dólares) diarios por encargarse de labores agrícolas, donde además recibiría hospedaje y tres comidas al día. Se subió al camión esperanzado, pero esa misma noche se dio cuenta que su destino sería otro, llegaron a un pueblo pequeño en donde lo encerraron junto a otros desconocidos, para el día siguiente llevarlos a un lugar incomunicado en las agrestes montañas de Chihuahua, México.

Ahí pernoctaba en una cueva, en la que convivió con otras veinte personas algunas de las cuales les comentaron que ya tenían ahí dos años. La rutina era agotadora, les obligaban a trabajar mientras hubiera sol y debían cumplir recolectando 150 gramos, de goma de amapola al día y si no cumplían, los golpeaban para luego sumergirlos en agua helada. Los celaban treinta sujetos armados que tenían el derecho de golpearlos si algo no les gustaba y les alimentaban solo con pasta, arroz y frijoles, dos veces al día.

Logró escapar una noche con gran riesgo para su vida y caminó entre aquellas montañas, por más de nueve horas, hasta encontrar un pueblo donde había autoridades a las que denunció lo que pasaba. Tres días después se formó un operativo policial que llegó al lugar donde tenían a las personas secuestradas, que fueron rescatadas y el plantío destruido, pero ni uno solo de los criminales se encontró en el lugar.

En los plantíos de amapola en el Estado de Guerrero, México, se presentan numerosos casos similares, con el agravante que muchas veces quienes son obligados a trabajar así son niños.

Otras formas de esclavitud se presentan en este país, en donde el orden ha desaparecido y la impunidad permea, en un sistema de seguridad pública cada vez más mermado por la impunidad y el crecimiento de la delincuencia; así el caso de secuestro de mujeres jóvenes a las que se les destina a la prostitución, privándolas de toda capacidad de decisión a través del miedo o de las drogas o los migrantes, a quienes los coyotes obligan a llevar bultos de droga, cuando cruzan la frontera.

Este sistema de esclavitud moderna no es exclusivo de México, se da en muchos otros lugares, ejemplos de esto son los diamantes de sangre o las minas perdidas de explotación de litio en África.

En todos esos casos se presenta la explotación del ser humano bajo condiciones en que se coarta la libertad de decidir sobre su trabajo, traslado, movilidad y sin otra paga más que la subsistencia y la persona es cosificada, vista como una mera herramienta propiedad de quien le controla, se le priva de su cualidad de humano, para tratarlo como una simple cosa. Dicho, en una palabra: ESCLAVITUD o, si fuéramos indulgentes, TRABAJOS DEGRADANTES E INHUMANOS.

Los casos relatados tienen una cualidad común: en todos ellos, la explotación del ser humano se da bajo condiciones de ilicitud, es decir, el sistema legal del país regula que esa actividad debe ser considerada como un delito que implica pena de prisión para sus perpetradores.

Que le parece a mi estimado lector el conocer que en México si se están presentando casos de trabajos forzosos apoyados por la ley y con el beneplácito de las autoridades del más alto nivel.

Me refiero a las contrataciones que se están realizando entre los gobiernos de México y Cuba, para traer “brigadas médicas” al país, contrataciones que se realizan bajo condiciones que se ubican dentro de los conceptos de trabajos forzosos, inhumanos y degradantes, prohibidos tanto por nuestra constitución y el sistema legal, como por los Tratados Internacionales aceptados por México.

En Cuba, desde la caída de la URSS, las cosas han sido muy difíciles, pues después de décadas cuando el país caribeño sostuvo su economía con las dádivas que le llegaban, principalmente de Europa del Este, la pobreza extrema y el hambre han llegado inexorablemente a esa isla. Los lideres del partido comunista cubano, buscan la forma de sostenerse en el poder; así han encontrado en las brigadas médicas, artísticas, deportivas y académicas, una excelente fuente de divisas que superan al turismo.

A las personas que viajan en esas brigadas se le roba su salario, pues solo le pagan lo suficiente para que subsista con lo elemental a donde son enviados; se ven constantemente vigilados por los supervisores que les acompañan; tienen, entre otras, las siguientes restricciones: no pueden entablar relaciones con las personas del lugar; tienen prohibido contraer ahí matrimonio; no pueden llevar sus títulos profesionales y el pasaporte les es retenido; no pueden conducir vehículos y solo utilizar el transporte público para lo más esencial; el Gobierno extranjero que contrata las brigadas, le paga directamente al Gobierno cubano y es este el que decide cuánto se le va a pagar a los profesionistas de las brigadas, generalmente sueldos de miseria.

Dichos profesionistas suelen ser personas jóvenes cuya familia: esposa, hijos y padres se han quedado en Cuba. Así que es difícil que violen las reglas que les imponen y cuando lo hacen la sanción más común es impedirles su ingreso a la isla por 8 años y, en caso de hacerlo, son sometidos a 8 años de prisión, de ahí que sus seres queridos queden desamparados y bajo la bota de un régimen autoritario y vengativo.

Esto se ha venido sucediendo desde los años sesenta del siglo pasado y el sistema de esclavitud se fue perfeccionando a través del tiempo, de tal manera que durante décadas el gobierno de Cuba logró engañar al resto del mundo, pero las deserciones y testimonios de profesionistas que han tenido el valor de hablar, han desenmascarado esa farsa y gracias a la organización defensora de Derechos humanos, Prisioners Defenders, se ha denunciado ante la Corte Penal Internacional estos hechos que constituyen crímenes de lesa humanidad y desde hace ya dos años, se logrado que las organizaciones internacionales, como la Comisión para los Derechos Humanos de la ONU, la Organización de Estados Americanos, y entidades de reconocimiento mundial como Human Rights Watch, han condenado este tipo de esclavitud moderna.

México en 2020, contrató brigadas médicas para venir a nuestro país y, luego de su reciente viaje a Cuba, el presidente mexicano ha anunciado una nueva contratación de Brigadas Médicas, que vendrán al país, lo que ha sido notoriamente impopular después de que hay decenas de miles de médicos mexicanos que carecen de trabajo e inclusive los ataques se han dirigido hacia los médicos extranjeros contratados, por un mal enfoque del problema.

El trasfondo es que el gobierno mexicano quiere ayudar a su homólogo cubano con esta contratación. Pero lo realmente grave son dos cosas: El gobierno mexicano, violentando en forma flagrante la constitución, pretende la contratación de brigadas médicas que funcionan bajo un sistema de esclavitud moderna, evidenciado por organismos especializados en el tema, basados en hechos y no ideologías y, los funcionarios de México, incluyendo al Presidente, y los ministros de Salud y Relaciones Exteriores, no pueden argumentar que desconocen la esclavitud que están protegiendo pues las evidencias están a la vista del mundo en la red.

Que peligroso para mi país que sus gobernantes apoyen la esclavitud de otros países, para mi es señal evidente que no les importaría imponer el mismo régimen en México, salvo la opinión de mi estimado lector.

¡HOY MÁS QUE NUNCA! ¡VOTAR POR MORENA ES VOTAR CONTRA LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA!

 

LOS HECHOS NO SE PUEDEN NEGAR: Les recomiendo que en las partes del artículo que aparecen subrayadas, pulsen para acudir a las fuentes de lo que aquí se menciona y también que vean los siguientes video:

https://www.youtube.com/watch?v=ktR3C-Nkupg

OEA https://www.oas.org/es/acerca/discurso_secretario_general.asp?sCodigo=19-0073

ONU https://spcommreports.ohchr.org/TMResultsBase/DownLoadPublicCommunicationFile?gId=24868

Crédito de la imágen: https://ladagadeaquiles.wordpress.com/2012/04/08/el-origen-de-la-palabra-blackberry/

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About Post Author

Oscar Muller Creel

Oscar Müller Creel es Doctor en Derecho especializado en derechos humanos, ética profesional, seguridad publica, corrupción y libertad de expresión. Ha escrito diversos libros y artículos científicos. Columnista en varios medios de comunicación internacionales, tanto para prensa como radio. Si usted desea publicar esta columna en su medio de comunicación, agradeceremos se comunique con nosotros. OMC Opinión. Todos los Derechos Reservados 2015
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