
En lo que va de este año son seis los periodistas asesinados en México, esta avalancha de violencia ha provocado una ola de indignación y protestas en contra del gobierno, situación que ha traído a mi memoria el libro “Noticia de un secuestro” de Gabriel García Márquez, quien relata que cuando él y sus colaboradores empezaron a trabajar en esa obra, lo hicieron con la intención de hacer un reportaje sobre el secuestro de la periodista Maruja Pachón, en la Colombia de los años noventa; pero a medida que avanzaron en su trabajo se percataron que en forma contemporánea se habían presentado otros nueve secuestros de periodistas y llegaron a la conclusión que no se trataba de hechos aislados, sino que era un solo “secuestro colectivo”; personas bien seleccionadas y hechos ejecutados por una misma empresa y con una finalidad específica.
Se refiere García Márquez a la lucha que el crimen organizado colombiano, en aquel tiempo dirigido por Pablo Escobar Gaviria, estaba enfrentado contra el Estado y la estrategia que utilizaba en ese momento: debilitar la imagen del Estado, mediante ataques a los medios de comunicación. Los secuestros tenían la intención de enfrentar a los medios con el gobierno y provocar entre ambos una lucha estéril. La estrategia fue efectiva, prensa, radio y televisión, abundaron sus ataques ante un Estado incapaz de darles seguridad para ejercer su función de informar, el Estado se vio desprestigiado, mientras los medios de comunicación relegaban a segundo término las noticias sobre las actividades criminales del narcotráfico.
En Europa y América, estamos viviendo una situación de crisis política, los partidos y toda la clase política, sufren de una marcada situación de impopularidad, derivada de su incapacidad de solucionar los problemas sociales, lo que nos lleva al riesgo de que los ciudadanos entreguen el poder a líderes que prometen soluciones mágicas, quienes al fracasar en su intento, buscan neutralizar aquellos elementos que nutren su impopularidad: los medios de comunicación. En estas circunstancias, el periodismo deja de ser una contraparte del poder público y se convierte en un enemigo a derrotar.
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto, tiene los más bajos índices de popularidad que se han visto durante muchas décadas y su tolerancia a la crítica es corta, ejemplo de esto lo vemos en los ataques que han sufrido los periodistas Pedro Ferriz y Carmen Aristegui.

Ante ese enfrentamiento, el gobierno mexicano poco quiere hacer respecto a las agresiones a periodistas y empresas de comunicación; se han promulgado leyes y creado la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, lo que de nada ha servido. Se trata de escurrir el bulto cuando asesinan a un periodista, alegando que los móviles del crimen no se relacionan con la profesión o hacen tan mal su trabajo que hasta el 2015, de 743 investigaciones realizadas, solo se habían logrado 3 sentencias condenatorias, lo que evidencia la falta de voluntad política del gobierno para defender a los periodistas y la Libertad de Prensa en México.
La relación entre los medios y el estado mexicano es un sustancioso caldo de cultivo para el surgimiento de estrategias que debiliten a ambos frente a un enemigo común: el crimen organizado.
En estas circunstancias surge la interrogante ¿si detrás de los asesinatos de periodistas se encuentra una estrategia de los capos del crimen en México para enfrentar a los medios de comunicación con el Estado? esto es algo difícil, pues desde la desaparición de Amado Carrillo, la mafia en el país se ha disgregado y después de la extradición de Joaquín Guzmán Loera, parece haber aumentado esa separación de grupos criminales, a no ser que esto sea solo apariencia y en realidad si existan líderes del crimen que no son conocidos y que formen parte tanto del crimen organizado, como del Estado.
Pero mientras tanto, ejercer el periodismo en México es recorrer un camino tan frágil como el hielo quebradizo de un lago en el que la democracia y la crítica se hunden sin remedio.
Les invito a ver el video sobre este tema en
https://www.youtube.com/channel/UCVIY16VXPjfvK5_x2Yjn7Aw
Es un placer leer todo lo que usted escribe
Le agradezco su amable comentario.
Hola! Puedo tener información acerca de su opinión sobre Meliton Lozoya cómplice en la muerte de Francisco Villa. Le agradezco de ante mano por que no aparece en la búsqueda a través de este medio pcible censura.
Hola, disculpe la tardanza. Melitón Lozoya, se perdió en la historia. Algo se de el puesto es pariente lejano de mi esposa. cuya abuela nos platicaba que era dueño de un rancho denominado «La Cochinera» y llegó a ser una persona de recursos económicos con los años. Conozco también a otros Lozoya relacionados con Melitón, quienes se dedican al negocio de las funerarias. Al parecer uno de ellos trató el cadáver de Villa, cuando lo exhumaron de la tumba en Parral y lo llevaron a la ciudad de México.
Muchas gracias
Muchas gracias estimada amiga.