Las mansiones de los políticos: corrupción y pobreza

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casacartonEn muchas ciudades de México, encontramos círculos de miseria que se encuentran en las afueras de las poblaciones urbanas de regular magnitud, en esos lugares las familias viven con apenas lo indispensable para subsistir en cuartos de cartón y madera y sin servicios de drenaje o agua; en total discordancia podemos encontrar en las mismas ciudades áreas poblacionales en que las fincas tiene valores que superan varios cientos y a veces millones de dólares, algunos de los propietario de esas zonas son políticos y funcionarios públicos cuyos sueldos no pueden dar explicación al ofensivo desplante de riqueza de estas personas hace gala. En realidad el contraste entre la pobreza y la opulencia es algo inevitable en cualquier sociedad, pues no existe un sistema capaz de eliminar la pobreza en su totalidad pero la tranquilidad pública exige que la riqueza tenga una distribución equitativa. ¿Es la corrupción de alguna manera causante de estas desigualdades sociales? Transparencia Internacional, organismo no gubernamental cuya finalidad es el combate a la corrupción, ha mencionado que es erróneo considerar que la pobreza crea corrupción, idea que durante varias décadas estuvo marcando las políticas de instituciones como el Banco Mundial, para combatir la corrupción y así destinaban recursos a los países pobres para procurar la creación de riqueza en estos, pensando que de esta forma se reducirían los niveles de corrupción; sin embargo, el fenómeno no se dio en este sentido, pues la corrupción continuaba y en muchos casos los niveles de la misma aumentaban al haber mayor riqueza. Es por lo anterior que Transparencia Internacional se dio a la tarea de investigar dicha situación y pudo percibir la equivocación pues el fenómeno era al contrario, es decir el país no era corrupto por ser pobre, sino que era pobre por ser corrupto, esto determinó que la corrupción sea reconocida como uno de los principales elementos que provocan la pobreza y las desigualdades sociales. El mencionado organismo ha mencionado que el impacto de la corrupción sobre la pobreza puede llegar, en un primer plano, a distorsionar los elementos a través de los cuales se toman las decisiones y los reguladores del desarrollo, de tal manera que se niega a los pobres el acceso a la ayuda y la esperanza de progreso que deben surgir a través del propio sector público y del desarrollo del sector privado. En su informe 2009, el mencionado organismo menciona: «… el sector privado desempeña un papel fundamental y cada vez más amplio en el bienestar de las sociedades, las comunidades y los individuos. Puede ayudar a producir la riqueza económica necesaria para sacar a las personas de la pobreza y contribuir a extender el acceso a la atención sanitaria, a la educación y a otros servicios públicos vitales. Puede generar oportunidades económicas que permitan concretar las expectativas de los jóvenes, de los pobres, de los excluidos…». En un trabajo denominado «Los desafíos éticos de la corrupción», Orlando Reos hace ver que mientras mayores sean niveles de corrupción, menores serán las tasas de crecimiento de la economía, lo que limita las oportunidades de desarrollo para las personas lo que influye en el aumento de la pobreza. Aunque no necesariamente altos índices de crecimiento garantizan equidad, pues pueden existir países en los que se presente producción de riqueza, cuya distribución sea inequitativa; México es un país en el que este fenómeno se observa puesto que durante décadas ha tenido altísimos ingresos petroleros, que en muy poco han servido para paliar la pobreza y la inequidad en la distribución del ingreso. En lo que se refiere a los servicios sociales como la salud y la educación, la corrupción limita a la población al acceso a estos a quienes pueden pagarlos ya sea a través de un costo ilícito derivado de actitudes corruptas de las autoridades educativas o de salud o por el hecho de que este tipo de servicios son deficientes debido a las políticas públicas que dan preferencia a otros intereses ajenos a la comunidad, evidentemente la deficiencia en estos servicios se carga en la parte de la sociedad que tienen menores ingresos. Antes hemos analizado como una economía permeada por la corrupción afecta a las pequeñas empresas y limita su capacidad de crecimiento y si se toma en consideración que la iniciativa privada es la que mayor oportunidades de trabajo produce en la sociedad, observamos que en un ambiente de corrupción, se reduce la creación de empleos lo que incide no sólo en la falta de oportunidades, sino que debido a la poca oferta de empleo y la mucha demanda de este, los salarios y las prestaciones sociales se ven reducidos favoreciéndose así la amplitud del espectro de pobreza. Los sistemas fiscales, en los países corruptos suelen ser más complicados y esto conlleva un costo adicional a las empresas privadas que debe ser destinado a factores de administración y contabilidad que les permitan cumplir con los requisitos fiscales de un sistema difícil y confuso, circunstancia que también inhibe el crecimiento de la empresa particular que es la principal fuente de riqueza de un país. Por lo que concierne a los niveles de pobreza en México, un estudio de la CEPAL en 2012 lo ha identifica como uno de los países de América Latina en donde menos se ha reducido las pobreza y por el contrario la desigualdad y la concentración de los ingresos han aumentado: en ese tenor observamos que en 2013 la población ubicada en situación de pobreza fue el 52.83 por ciento y para el 2014, esto había aumentado al 53.8 por ciento. Los datos solo nos pueden llevar a una conclusión, la corrupción en México es un factor que está privando a la sociedad de su oportunidad de crecer, los grupos políticos y una pequeña élite empresarial se benefician del poder creando una brecha social de inequidad que no puede continuar, es necesario que la sociedad civil, tenga mayor injerencia en la vida pública, de lo contrario la ola de inseguridad que vive ese país, indudablemente crecerá junto a las protestas e inconformidad de una comunidad en la que las ofensivas diferencias sociales y la corrupción no se pueden ocultar.

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About Post Author

Oscar Muller Creel

Oscar Müller Creel es Doctor en Derecho especializado en derechos humanos, ética profesional, seguridad publica, corrupción y libertad de expresión. Ha escrito diversos libros y artículos científicos. Columnista en varios medios de comunicación internacionales, tanto para prensa como radio. Si usted desea publicar esta columna en su medio de comunicación, agradeceremos se comunique con nosotros. OMC Opinión. Todos los Derechos Reservados 2015
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