Policía y abuso de fuerza los motivos desconocidos

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El problema del abuso de la fuerza y corrupción en la policía de Chicago, como los casos del agente Jason Van Dyke quien victimó al joven Laquan McDonald en lo que hasta ahora ha sido presentado por los medios como un abuso de la fuerza o el del ex oficial Ryszard Kopacz quien fue sentenciado a cuatro años de prisión por cuestiones relacionadas con la desaparición de tres pistolas en los almacenes de la policía y entregas de mariguana, son solo ejemplos dela crisis que está viviendo la ciudad en lo que concierne a la actividad de los agentes del orden.
Es necesario mencionar que los índices de criminalidad en la ciudad de Chicago han ido constantemente a la baja desde al 2001 y hasta el año que acaba de pasar, según un reporte del Chicago Tribune, lo que nos habla que los sistemas de combate y prevención del crimen son efectivos en cierta medida y que lo que debe buscarse es mejorar la imagen de la policía para que esta pueda ser aún más efectiva en su importante labor de proteger la integridad física y la propiedad de los ciudadanos.
Se han anunciado una serie de medidas para controlar el uso de la fuerza policial: cámaras en los chalecos o la intensificación de armamento no letal como son armas de choques eléctricos, sin embargo creo pertinente realizar una serie de reflexiones sobre lo anterior.
Hay un dicho que menciona que: en el bosque. hace más ruido el árbol que cae que los miles que crecen y surge la pregunta si no será esto lo que esté ocurriendo con la imagen de la policía en la ciudad de Chicago y la influencia que en esto tienen los medios de comunicación.
El abuso de la fuerza y la corrupción en los cuerpos policiales, es algo inevitable, no existe país del mundo que se salve de esta situación, así lo ha hecho notar el criminólogo David H. Bayley quien menciona una serie de circunstancias que explican lo anterior.
Observamos que es el policía quien tiene un contacto directo y continuo con el daño que causa el crimen en la sociedad, es muy posible que el ciudadano común pase su vida sin ver una persona herida de bala, una mujer o un hijo maltratados por un abusón o la impotencia de quien se ve privado ilegalmente de lo que le pertenece.
Sin embargo, esto es común para el policía quien en muchas ocasiones se ve impotente ante ese daño criminal, por motivos muy diversos pero que pueden resumirse en uno: el sistema penal falla y falla mucho, la impresión del daño del delito que el policía percibe de primera mano se va diluyendo conforme va pasando por las etapas de procesamiento, así el fiscal ve solo pruebas, las que llegan al juez y al jurado más etiquetadas y por tanto despersonalizadas y diluidas, esto lleva en muchas ocasiones a que aquella persona que fue acusada por el crimen y cuya culpabilidad al policía no le queda duda se vea libre y sin castigo.
Lo anterior lleva a crear una sensación de impotencia en el policía que ve frustrado su trabajo y burlada a la sociedad por un acto criminal que quedó impune.
Otro aspecto que debemos considerar es el respeto público, lo que se refleja en una situación derivada del antes mencionado fenómeno de contacto directo con el delito; pues la conciencia que el policía va formando del daño que provocan las conductas criminales, le va también haciendo consciente de la importancia que tiene la función que desempeña y espera de la comunidad una correspondencia hacia ese respeto.
Este fenómeno es conocido como respeto situacional y es también una de las causas del abuso de la fuerza policial, pues la visión que tiene la comunidad sobre la importancia de la labor policial no llega a tener la misma profundidad que la que tiene el propio policía, esto trae consigo que en ocasiones una falta de respeto al policía que para el ciudadano común pudiera ser leve, pero que el policía la ve como grave y reacciona con un uso de fuerza que nosotros consideramos como excesiva.
A lo anterior debemos agregar la circunstancia de que el uso de la fuerza es excluyente, sólo pueden efectuarlo quienes están autorizados por la ley, esto implica la violencia física hacia las personas y aunque esto es excepcional, el celo del policía por cumplir con su función, puede tener como consecuencia el que la regla excepcional se convierta en la conducta común y se vaya trasmitiendo a todo el cuerpo policial por un fenómeno de imitación de conductas.
Los elementos de exclusividad del uso de la fuerza y de necesidad de respeto público se encuentran estrechamente relacionados en cuanto a la efectividad de la función policíaca; esto tomando en consideración que cuando la policía tiene por costumbre abusar de la fuerza y violar los derechos de los individuos, pierde autoridad moral frente al público y es un hecho probado que el combate a la delincuencia y la seguridad pública son circunstancias que, aún y cuando correspondan en cierta medida al Estado, requieren de la interacción entre la sociedad y la policía y este apoyo se ve demeritado cuando los ciudadanos tienen temor o falta de respeto a los cuerpos policíacos. Por consecuencia, el abuso de la fuerza influye negativamente en la imagen de la policía y por tanto en su efectividad para combatir al delito.
Otro elemento que influye en el abuso de la fuerza policial y que se refleja en actos ilegales como siembra de evidencia y tortura o abuso de la persona en los interrogatorios, es la necesidad de resultados que se presenta cuando los índices de criminalidad crecen real o ficticiamente o cuando un crimen es muy publicitado por los medios de comunicación.
En estos casos la imagen de los políticos se deteriora y por lo general estos presionan a los jefes de policía para que se reduzcan los indicies de criminalidad o resuelvan el crimen que es motivo de escándalo social y esta presión va descendiendo hasta el policía que no le interesa en realidad la imagen política pero se encuentra inmerso en la realidad de la complejidad del mundo criminal y de la solución de un caso concreto y difícil que contrasta con la presión que recibe para resolver el problema.
No existe justificación para el abuso de la fuerza policial, sobre todo cuando este se refleja en la muerte de un ser humano, pero el fenómeno presenta aspectos que son poco conocidos y que deben ser considerados para evaluar en su justa dimensión estas situaciones, sobre todo a través de la concientización de la comunidad de la importancia de la función que desempeña el policía y por consecuencia del respeto y apoyo a esta, en lo que los medios de comunicación tienen una fuerte responsabilidad.

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About Post Author

Oscar Muller Creel

Oscar Müller Creel es Doctor en Derecho especializado en derechos humanos, ética profesional, seguridad publica, corrupción y libertad de expresión. Ha escrito diversos libros y artículos científicos. Columnista en varios medios de comunicación internacionales, tanto para prensa como radio. Si usted desea publicar esta columna en su medio de comunicación, agradeceremos se comunique con nosotros. OMC Opinión. Todos los Derechos Reservados 2015
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