Aquella joven Suiza era uno de los miles de voluntarios que se ofrecieron para ayudar a reconstruir la Europa destruida por los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Fue asignada a Polonia en donde acudió a Auschwitz el más grande campo de concentración que los líderes de la Alemania Nazi habían formado para la agrupación y posterior extinción de centenas de miles de seres humanos; ella fue testigo de la crueldad de aquel régimen, pues al llegar al lugar todavía pudo conocer personas que habían estado recluidas en ese campo de exterminio y platicar con algunos de ellos, sobre todo le interesó que, en las barracas, había muchas imágenes de mariposas grabadas en las paredes o la madera y se enteró que aquellas personas que tenían en su futuro inmediato, una alta probabilidad de morir veían a la muerte como una posibilidad de resurrección, como sucede con la oruga que se transforma en un hermoso ser alado.
Los horrores de lo que ahí y en otros muchos lugares, tanto dentro del territorio alemán, como en los ocupados por ese país durante la Segunda Guerra, deben ser una lección para todos nosotros y en el país germano, en la actualidad, en los cursos de historia se enseña sobre el holocausto y el daño que causó.
El profesor Wolf Kaiser, Director Adjunto de la Casa de la Conferencia de Wannsee, ha dedicado décadas al estudio de la enseñanza sobre el holocausto en la Alemania Nazi, refiere que estos hechos son un trauma colectivo, no solo para los judíos, sin también para el pueblo alemán y que durante las primeras décadas que siguieron al genocidio, los alemanes culparon de esto al régimen emanado de Adolfo Hitler y la estructura que él creó para esa extinción masiva.
En la Alemania actual existe la convicción que lo sucedido en el holocausto debe enseñarse para que el pueblo alemán, sea consciente de su pasado y evite repetir los errores en el futuro, aunque para los maestros de historia, sea tal vez la parte más difícil del proceso de enseñanza, pues deben lograr que el alumno desarrolle una autorreflexión y compromiso y no un complejo de culpa.
El estudio se lleva desde el análisis de las causas que llevaron a tomar el poder al Partido Nacionalsocialista y el apoyo de la sociedad alemana a ese liderazgo, así como a las consecuencias de este, como lo fue la muerte de millones de personas que fueron consideradas enemigas del Estado.
En la enseñanza de esta etapa de la historia de Alemania, se propone resaltar la valentía de aquellos ciudadanos de ese país que se atrevieron a enfrentar al régimen y ayudaron a muchos judíos a encontrar la libertad. Se busca evitar que los jóvenes tengan empatía hacia los grupos que llevaron a cabo esas injusticias.
Todas las civilizaciones tienen algo de que avergonzarse; México, por ejemplo, tiene una larga historia de discriminación y segregación de los pueblos indígenas, la que continúa y me pregunto ¿cual es la visión que tiene la educación en Estados Unidos sobre dos aspectos de su historia: ¿La extinción de los pueblos autóctonos y la esclavitud de los afroamericanos?
La editorial MacGraw Hill Educations, en un libro de texto utilizado en las escuelas de Estados Unidos, fue duramente criticada por mencionar: “la trata de esclavos a través del Atlántico entre los años 1500 y 1800 llevó a millones de trabajadores desde África al sur de los Estados Unidos para trabajar en las plantaciones agrícolas”. Un texto que lleva a evidentes confusiones, pues la noción de trabajador implica la libertad de decidir sobre la propia fuerza laboral. En otros libros de la misma editorial se ha alterado la historia al representar a la esclavitud como una causa sesgada de la Guerra Civil y se ha criticado la vestimenta de las mujeres musulmanas.
Por su parte, un libro del Departamento de Educación del Gobierno Federal Norteamericano, que pretende ayudar a los padres a enseñar historia a los hijos, hace mención sobre la esclavitud solo una vez, recomendando que a los menores se les presenten imágenes de grupos, como los abolicionistas que se opusieron a la esclavitud antes de la Guerra Civil o de quienes participaron en el movimiento de Derechos Civiles de los años 1950 y 1960.
En otro trabajo referente a las asignaturas, se menciona cómo los estudiantes deben identificar frases de Abraham Lincoln referentes a la esclavitud y como esta fue una de las causas de la Guerra Civil y bajo esta temática, las luchas por los Derechos Civiles de los grupos de latinos, es olvidada o tratada en forma muy superficial.
Quizá una política de concientización sobre los errores del pasado, como la que se lleva en Alemania, pudiera ayudar a formar un pueblo más solidario y reducir los estallidos de odio racial y xenofobia que hoy brotan a lo largo y ancho de ese país.
Creo que la respuesta a esa pregunta la podemos encontrar en el libro “La mitad nunca se ha dicho” de Edward Baptist, que explica con meridiana claridad como el actual capitalismo norteamericano tiene su origen en la esclavitud de los africanos que fueron trasladados durante ocho décadas a los Estados Unidos para ser explotados de forma cruel y salvaje, en aras de una economía agricola que, para su progreso, requería de esa mano de obra gratuita que fue utilizada para la producción del algodón, de la cual se benefició también el norte, permitiéndose la creación de insdustrias cuyo financiamiento se debía a la riqueza que surgía de la sangre derramada por el látigo, las mutilaciones o las lagrimas de los padres que veian partir a su hijos vendidos como objetos.
El horror de la esclavitud y los beneficios económicos que esta trajo a esa nación, son una parte fundamental de su historia, pero que se deja a un lado, solo se enseña de paso, como algo accidental y no fndamental, como lo fue.
El día que en los Estados Unidos se empiece a concientizar de su verdadera historia que lleve a la juventud norteamericana a reflexionar sobre el daño que sus antepasados crearon y buscar la forma que algo así no se repita, será cuando surja una nación más justa e igualitaria, lastima que lo que ahora sucede en ese país es todo lo contrario.
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